El pasado lunes, 30 de agosto de 2021, el diario “The Dallas Morning News” (www.dallasnews.com), publicó un artículo escrito por la reportera, Natalie Walters, en el que se exponen varios testimonios referentes a los préstamos de la SBA y sus experiencias para lograr que se les otorgaran.
A continuación, les presentamos la traducción de parte del artículo original para compartirles las vivencias de los protagonistas de esta historia. ¡Continúen leyendo!
Dana Glosson: con empuje y un nuevo plan de negocio tras una gran pérdida
En el artículo reseñan que Dana Glosson y su marido, Tony, ganaban unos $170.000 al año antes de la pandemia con su empresa de transporte de materiales de Georgetown, Glosson Enterprises, en donde Dana era la contadora y Tony se desempeñaba como el conductor del negocio. En mayo de 2020, Tony contrajo el virus y pasó meses en el hospital, tres meses después, murió.
Luego de esa tragedia, Dana asevera que para ella la situación no fue fácil y que se sentía como que si no pudiera salir a flote. Sostiene que, no había superado una pérdida cuando ya tenía que lidiar con otra.
Debido a que ahora estaba sola y tenía que salir adelante, Dana, de 57 años, creó un nuevo plan de negocio para comprar una furgoneta modificada y poder dedicarse al transporte sanitario. Solicitó un préstamo de $218.000 a bajo interés del Programa de Préstamo por Desastre por Daños Económicos (EIDL) de la Administración de Pequeñas Empresas de EE.UU. (SBA), creado para impulsar a las pequeñas empresas y organizaciones sin fines de lucro que sufren pérdidas de ingresos relacionadas con el COVID.
Tras casi un año de la muerte de su marido, su solicitud de préstamo fue negada, y, ante este rechazo, Dana manifestó su descontento y tristeza por no entender que, si el Gobierno aprobó la ley para que el dinero estuviera disponible, no lo podían entregar a personas como ella, “que tiene el empuje y un plan de negocio”.
Recientemente, Dana Glosson, tuvo que empezar a trabajar en un servicio de atención al cliente a distancia para poder sobrevivir.
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Oleada masiva de rechazos
Glosson no fue la única en correr con esa suerte, ya que, en julio hubo una oleada masiva de rechazos para el programa EIDL que frustró a muchos empresarios. Se les dijo que podían volver a solicitarlo, pero no se les indicó lo que debían corregir en sus solicitudes.
Veronica Pugin, asesora principal de la Oficina de Acceso al Capital de la SBA, encargada de las solicitudes de EIDL, dijo que los préstamos fueron rechazados por varias razones, entre ellas el incumplimiento del requisito de puntaje de crédito o errores en las solicitudes. Aseguró que la agencia estaba trabajando para proporcionar mayores detalles en los futuros correos electrónicos de rechazo a los solicitantes.
“Hemos observado que muchos solicitantes buscan una explicación más detallada que la categoría más amplia en torno a la información no verificable, por lo que vamos a poner en marcha una mejora en ese sentido”, sostuvo Pugin.
La SBA tiene “muchos” fondos sobrantes en el programa EIDL, y los empresarios con 500 o menos empleados pueden solicitarlo hasta el 31 de diciembre, enfatizó Pugin. Las pequeñas empresas constituyen el 99,9% de las empresas estadounidenses y emplean al 47,1% de los trabajadores del país, según la SBA.
SBA implementa proceso acelerado
Pugin destacó que, en junio y julio, la principal queja sobre el programa era que las solicitudes no se tramitaron con la suficiente rapidez, teniendo en cuenta que se trata de fondos de “emergencia” para empresas en apuros. Desde entonces, la SBA ha contratado más personal y ha aumentado la formación en todos los ámbitos.
La agencia ha pasado de procesar menos de 2.000 solicitudes al día el 28 de junio a más de 37.000 solicitudes al día para el 28 de julio, y, tal como lo afirma Pugin, “con ese proceso acelerado, se va a ver un mayor volumen de aprobaciones y rechazos”.
Los préstamos EIDL aprobados en todo el país alcanzaron los 3,8 millones por un total de 258.500 millones de dólares el 19 de agosto, lo que incluye 326.330 préstamos aprobados en Texas, por un total de 22.200 millones de dólares, según la última actualización de los datos. La SBA no sabía cuántos préstamos habían sido rechazados.
“Una vergüenza absoluta y una pesadilla”
Los agentes de crédito Trevor Curran y Linda Rey vieron cómo su consultoría financiera Aurora Consulting se quedaba sin negocio al inicio de COVID. Rápidamente pasaron a trabajar como consultores para otros empresarios que querían solicitar un préstamo del EIDL y, actualmente, ayudan a los dueños de empresas a aplicar a los préstamos de la SBA, cobrando por cada uno hasta $2.500.
El consultor de Connecticut, Trevor Curran, calificó la oleada masiva de rechazos de préstamos como “una vergüenza absoluta”, ya que parece que la SBA tiró un montón de expedientes a la papelera cuando cambió la oficina interna asignada para revisar las nuevas solicitudes. “La SBA debería haber dejado que el nuevo equipo revisará las solicitudes en lugar de rechazarlas”, dijo Curran, quien dirige Aurora Consulting con su socia, Linda Rey.
Curran sostuvo que, las razones que se dan para los rechazos- “información no verificable” o “perjuicio económico no demostrado”- son “absurdas y dejan a los solicitantes avergonzados y rascándose la cabeza”. En un caso, una solicitud que presentó para un cliente fue rechazada por “inactividad y falta de interés del solicitante”, a pesar de que, según él, respondió a todas las peticiones de la SBA en cuestión de horas.
La SBA ha difundido mejoras en el programa, pero según Curran son “mínimas en el mejor de los casos” y agregó que, incluso a finales de agosto, hubo un día que el portal de la SBA estuvo inaccesible. En su opinión, se ha producido un cierto aumento en la capacidad de respuesta a las solicitudes, pero, todavía hay una copia de seguridad de las solicitudes de préstamo y reconsideración que están “languideciendo” en los sistemas de procesamiento de la SBA.
El consenso general es que las solicitudes originales de EIDL en 2020 representaron una esperanza, pero que solicitar un aumento en 2021 ha sido una pesadilla, ya que la SBA requiere documentos de apoyo detallados esta vez.
La SBA ha hecho del procesamiento de las solicitudes más rápido una “gran prioridad”, dijo Pugin, quien además afirmó que, por eso se ha realizado una gran campaña de contratación, incluso tomando empleados de otros programas de la SBA que están a punto de cerrar, como el Programa de Revitalización de Restaurantes y el Programa de Protección de Cheques. “El nuevo equipo quiere proporcionar una mejor información sobre cómo los solicitantes pueden asegurarse de que tienen la solicitud más precisa posible la primera vez”.
Proceso de préstamos para catástrofes de la SBA se convierte en una saga burocrática
Bill Carr, de 51 años, propietario de Dallas Millwork, afirmó que su solicitud de préstamo fue negada debido a un error en su dirección, la cual trató de corregir con antelación ante la SBA. Según Carr, al recurrir a la agencia para tratar de enmendar la equivocación, los representantes de la SBA le dijeron que su aplicación sería rechazada debido a “la falta de coincidencia”.
El personal de la SBA le indicó que ellos no podían hacer nada para ayudarlo a solucionar su problema, y, que él sólo tendría que esperar a que le rechazaran la solicitud para volver a solicitarla, por lo que Carr manifestó que sintió que su aplicación “cayó en saco roto”, agregando: “es como ver un choque de trenes a cámara lenta”.
Carr afirmó que, ahora la SBA se ha vuelto tan estricta y burocrática que, si escribes una letra mal o cometes un error en la aplicación te la niegan y sostuvo: “Estoy a punto de quedar fuera del negocio por un código postal erróneo”.
Su préstamo original del EIDL era de $109.000 y luego podía optar a otros $324.000. Aurora Consulting se ha hecho cargo de él y ha vuelto a presentar su solicitud y, ahora, vuelve a esperar.
Pidió un préstamo a la SBA para comprar el negocio cinco meses antes de que llegara el COVID y eso significa que la SBA está pidiendo esos reembolsos de préstamos mientras también retiene su solicitud de aumento de EIDL en un momento en el que no puede conseguir materiales o empleados para llevar el negocio.
Carr afirma que, cuando compró el negocio, sus ingresos ascendían a un millón de dólares al año. El año pasado, los ingresos cayeron a $200.000 y los precios de los materiales han subido un 50%, además, su plantilla se ha reducido de 14 a tres trabajadores y ha tenido que invertir en equipos para automatizar el proceso y reducir el tiempo de fabricación y los costes de los empleados.
Sostiene que ha acumulado su crédito personal para mantenerse en el negocio, pero, según sus cálculos, le quedan menos de dos meses. Está considerando la posibilidad de declararse en quiebra si no le aprueban el nuevo préstamo del EIDL.
“En este momento, no hay nada que hacer”, dice Carr, quien fue hospitalizado a principios de este año debido al estrés. Para finalizar, manifestó: “No tengo reservas de capital para aguantar mucho más tiempo. Es como si el sueño americano se hubiera ido por el inodoro”.
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