Antiguamente, existía una única “brecha digital”, en la que se dividía a los trabajadores en aquellos que sabían cómo usar las computadoras y aquellos que no. Dado a que, los jóvenes de la Generación X (Young Gen Xers) y sus más recientes compañeros, los Millennials, crecieron con Power Macs y Wintel boxes, esa experiencia los convirtió en usuarios naturales que saben cómo hacer que estas tecnologías funcionen de manera productiva. Se suponía que las generaciones mayores iban a ser eliminadas por trabajadores más jóvenes, que eran más adaptables a las necesidades de la economía digital moderna, cambiando así, nuestra creencia tradicional de que la experiencia profesional equivale a valor.
Por supuesto, eso fue sólo un cuento, ya que, la facilidad para usar computadoras se determinó por la capacidad de encenderla e iniciar sesión, una condición tan baja que puede resultar impactante para el lector moderno pensar que existía una “división”.
La ingeniería de software, la informática y las estadísticas siguieron siendo poco populares, en comparación con otros programas académicos, en las universidades, y aún mucho menos, en las escuelas primarias y secundarias. La mayoría de la Generación X y los Millennials nunca aprendió a codificar o, a decir verdad, ni siquiera a hacer una tabla dinámica o calcular promedios estadísticos básicos.
Sin embargo, actualmente se está produciendo un cambio sociológico, que hará que esa primera división de la que hablábamos, parezca graciosa en retrospectiva.
Plataformas sin código
En los últimos dos, hemos visto el surgimiento de toda una clase de software que se ha denominado de manera general (y bastante inexacta) “plataformas sin código”. Estas herramientas están diseñadas para facilitar que los usuarios aprovechen el poder de la informática en su trabajo diario, en tareas que van desde calcular las campañas publicitarias digitales más exitosas teniendo algún tipo de función objetiva, hasta quizás integrar una biblioteca de visión por computadora en un flujo de trabajo, que calcula la cantidad de personas que entran o salen de un edificio.
El éxito y notoriedad de estas herramientas, proviene de la sensación de que otorgan superpoderes a sus usuarios. Los proyectos que antes le tomaba a un equipo de ingenieros algunas horas construir, ahora, se pueden realizar con un par de clics a través de una interfaz de usuario. Es por eso que las nuevas empresas jóvenes como Retool pueden recaudar casi mil millones de dólares en estimación, mientras que Airtable alcanza los 2.600 millones de dólares, y otras como Bildr, Shogun, Bubble, Stacker y muchas más están ganando terreno entre los usuarios.
Por supuesto, las herramientas sin código a menudo sí requieren código, o al menos, el tipo de lógica deductiva que es específica a la codificación. Debes saber cómo diseñar una tabla dinámica o comprender qué es la capacidad de aprendizaje automático y para qué podría ser útil. Tienes que pensar en términos de datos y sobre entradas, transformaciones y salidas.
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Conexión con las nuevas generaciones
La clave aquí es que, las herramientas sin código no tienen éxito sólo porque son más fáciles de usar; tienen éxito porque se conectan con una nueva generación que comprende con precisión el tipo de lógica que requieren estas plataformas para funcionar. Los estudiantes de hoy en día, no sólo ven sus computadoras y dispositivos móviles como pantallas de consumo y como aparatos que pueden encender, sino que los están utilizando considerablemente como herramientas de autoexpresión, investigación y análisis.
Ejemplo de esto es la popularidad de plataformas como Roblox y Minecraft, que han sido ridiculizadas o catalogadas como la obsesión de una generación por los juegos, sin embargo, ambas plataformas enseñan a los niños cómo construir mundos enteros usando sus dispositivos. Efectivamente, a través de estas plataformas, a medida que los niños traspasan las fronteras de los conjuntos de herramientas que ofrecen estos juegos, se inspiran para crear sus propias herramientas. Ha habido una proliferación de guías y comunidades en línea, para enseñar a los niños cómo crear sus propios juegos y complementos para estas plataformas.
Estos no son cambios pequeños; 150 millones juegan con Roblox en 40 millones de experiencias creadas por usuarios, y la plataforma tiene casi 350.000 desarrolladores. Minecraft, por su parte, cuenta con más de 130 millones de usuarios activos. Estas son experiencias que definen generaciones para los jóvenes de hoy.
Ese entusiasmo por aprovechar las computadoras, también se está reflejando en los datos educativos. Las pruebas de nivel avanzado para ciencias de la computación, han crecido de alrededor de 20.000 en 2010 a más de 70.000 en el 2020, según el College Board, que administra los exámenes de competencia de la escuela secundaria. Ese es el mayor aumento entre todas las docenas de pruebas de la organización. Mientras tanto, en las mejores universidades, la informática se ha convertido en la mejor o está entre las principales especialidades, atrayendo a cientos de nuevos estudiantes por campus por año.
La nueva brecha digital
El conocimiento especializado, casi secreto, del análisis de datos y la ingeniería, se está democratizando ampliamente para esta nueva generación, y es ahí precisamente, donde está surgiendo una nueva brecha digital.
En los negocios actuales, ya no es suficiente con abrir una hoja de cálculo y hacer algunas observaciones casuales, los nuevos trabajadores saben cómo sumergirse en sistemas, canalizar diferentes programas utilizando plataformas sin código y resolver problemas con respuestas mucho más completas en tiempo real.
Honestamente, es sorprendente ver la diferencia. Mientras que hace sólo unos años, un gerente de tienda podía colocar sus datos de ventas en Excel y luego dejarlos allí para una lectura ocasional, esta nueva generación está preparada para conectar múltiples herramientas en línea para construir una tienda online (a través de herramientas sin código como Shopify o Squarespace), calcular puntajes LTV básicos usando una plataforma de datos sin código y priorizar a sus mejores clientes con alcance de marketing, mediante servicios básicos de entrega de correo electrónico, y todo es reproducible, ya que está en tecnología y código y no se produce a mano.
Aquí hay dos puntos importantes. Primero, hay que destacar el grado de fluidez que estos nuevos trabajadores tienen para estas tecnologías y cuántos miembros de esta generación parecen estar preparados para usarlas. Simplemente no tienen miedo de probar nuevos programas y saben que siempre pueden usar los motores de búsqueda, para encontrar respuestas a los problemas que tienen.
En segundo lugar, la diferencia de productividad entre los conocimientos informáticos básicos y una experiencia un poco más avanzada es significativa. Incluso el análisis de datos básico, pero preciso de una empresa, puede aumentar el rendimiento sustancialmente en comparación con el instinto y las hojas de cálculo caducadas.
Esta segunda brecha digital sólo se va a intensificar. Toma en consideración a los estudiantes de hoy en la escuela, que se ven obligados por las circunstancias a utilizar tecnologías digitales para obtener su educación. ¿Cuántos estudiantes más serán aún más capaces de usar estas tecnologías? ¿Cuánto más expertos van a ser en el trabajo remoto? Si bien es cierto que, el entorno educativo actual es una farsa y profundamente desigual, el resultado es que, cada vez mayor cantidad de estudiantes, se verán obligados a dominar las computadoras con total fluidez.
El progreso en muchos sentidos consiste en elevar las expectativas. Esta generación es cada vez más exigente sobre cómo se utilizan los datos en el lugar de trabajo, en los negocios y en el espíritu empresarial. Cada vez son mejores para reunir varios servicios individuales y combinarlos en experiencias efectivas para sus clientes, lectores y usuarios. Finalmente, la “Generación Sin Código” tiene el potencial de llenar esa brecha de productividad que falta en la economía global, mejorando nuestras vidas y ahorrando tiempo para todos.
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