José Luis Chávez Rivera es un emprendedor venezolano exitoso, dueño del restaurante Mission Ceviche. Nació y se crió en la ciudad de Mérida en Venezuela, pero su origen va mucho más allá de las fronteras, pues su padre es peruano y su madre colombiana.
Siendo muy joven, se fue a Perú a estudiar cocina en el Instituto de Gastronomía, especializándose en comida peruana, de la cual se confiesa un enamorado. Vivió 7 años en Perú y se sintió muy a gusto experimentando la cultura de ese país, donde recibió el apoyo de su familia.
Desde el principio le encantaron los ceviches, por los cuales siente verdadera fascinación y de donde nace toda la historia de su emprendimiento.
Decide casarse y dar el paso importante de venirse a vivir a los Estados Unidos. Llegó a la ciudad de Nueva York. Comenzó a trabajar en diferentes cocinas, sin hablar aún el idioma, entre esas la del New Palace Hotel que es muy famoso, ubicado en el Midtown. Trabajó allí la cocina francesa.. Tuvo grandes experiencias trabajando en hoteles reconocidos de la ciudad.
Esta fue la entrevista INQ MC le hizo, en su restaurante Mission Ceviche.
¿Qué te llevó a tomar la decisión de emprender?
Yo creo que parte importante de ser emprendedor tiene que ver con la mentalidad. La decisión de crear Mission Ceviche no la consulté ni con mi esposa, la tomé en una hora. A mi socio yo lo conocía desde que comencé a trabajar en cocina aquí en Nueva York. Aunque nos conocimos mejor en un viaje a Francia para abrir dos restaurantes, de uno de los lugares donde trabajamos. Allí interactuamos más.
Es también en ese viaje donde prueba el ceviche y me propone hacer Mission Ceviche. Una semana después me llamó y me dijo que ya tenía el lugar para el restaurante.
Allí no duramos mucho y cerramos a los 6 meses, no funcionó muy bien. Posteriormente, nos mudamos al local actual.
¿Cómo comprendiste que tenías que hacer algo diferente con tu negocio?
La idea, el concepto surgió solo. El ceviche en Perú se sirve en un tazón, con la marinada en la base. Yo lo empecé a servir de esa manera, en su forma clásica. Aunque el peruano nos dio su bendición, porque entendían el concepto, el resto de la clientela no lo vio así.
El éxito se construye por medio del ensayo y error, puedes fracasar al principio y luego ir mejorando, es un proceso. Eso de pensar que lanzó algo y no me funciona y decepcionarse y creer que ya eso no vale es un error porque también es una mezcla de persistencia.
Cuando tienes un negocio tienes que enfocarte en él y olvidarte de todo lo demás, al menos por el momento. Ser constante.
Tienes poco personal en línea, ¿Cómo hacer para que este modelo funcione y sea rentable?
Es un modelo que genera ventas y es fácil de duplicar. Una cocina pequeña en sótano, suficiente para generar lo que en un restaurante fácilmente producirían con 6 empleados adicionales.
¿Y cómo haces con el inventario?
Hay un punto a nuestro favor, es una operación pequeña, tengo a una sola persona y se me hace más fácil controlarlo.
¿Cuáles fueron los principales desafíos cuando iniciaste?
Encontrar la manera de cómo liderar mi propio equipo, con un negocio ya siendo propio. Crear un grupo de personas que pueda entender, preparar y vender un producto, exactamente como yo lo veo, con mi visión. Hacerlos entender que tenemos una responsabilidad muy grande y transmitir el respeto hacia la cocina y hacia la comida.
¿Tuviste problemas en conseguir financiamiento al principio?
Es interesante cómo va pasando uno por etapas, es difícil para un cocinero entender estos temas. Nosotros comenzamos con una inversión mínima, mi socio puso una cantidad de dinero y en un año el negocio generó suficiente. Es decir, en nuestro caso fue positivo. Sí hemos tenido dificultades, pero nunca hemos estado ahogados por problemas financieros.
En estos momentos estoy aprendiendo a hacer un plan de negocios, aprendiendo los modelos, buscando inversionistas, tengo un año y medio estudiando esto y aún me falta.
¿Cuando el emprendedor se convierte en empresario, cómo te enfocas para hacerlo crecer?
Sí, y eso no es algo que se aprende en un curso, se aprende con el tiempo, sobre la marcha. Tienes que ver el potencial de cada quien y qué te ofrece la gente importante que conoces y te rodea.
Tienes que buscar lo que quieres, porque si te sientas a esperar no te va a llegar. Yo tengo el sueño de tener otro restaurante. Ya tengo la idea en mi cabeza, sé el menú, sé cómo va a ser la cocina, sé hasta cómo van a ir vestidos los empleados, pero ¿cómo hago eso realidad? Tengo que salir a buscarlo, hay que trabajar, investigar. Yo me senté a hablar con personas con más experiencia en esa área, por ejemplo.
¿Cómo muestras seguridad y confianza ante los inversionistas?
Una vez tienes el plan de negocios plasmado en papel, es preciso entenderlo de pies a cabeza, sin que te quede ninguna duda, ni ningún temor. De ser así, es mejor que no te lances.
¿Qué importancia le das al marketing en redes sociales?
Las redes sociales son el movimiento más importante actualmente, están reemplazando todo. Es la mejor forma de tener acceso a clientes de todo el mundo. Te permite tener un contacto más directo y de forma más económica. Es una maravilla. Y tienes que dejar de decirte no a ti mismo, y dejar de pensar en el qué dirán. Conéctate, haz tus propios “en vivos”, es una ventana al mundo y tienes que aprovecharla.
¿Qué se viene para el futuro?
Hay una sucursal ya en México, llamada Casa Ceviche. Una pareja de mexicanos vinieron a Mission Ceviche y quedaron enamorados del concepto de negocio. Entonces, se le metió en la cabeza a Michelle, mi socia de allá, de llevar un proceso de cocina peruana en Playa El Carmen, en México. Ya se abrió hace un mes y es un proyecto muy bonito.